Período Antropológico
Principal Arriba Introd. a la Filosofía Período Cosmológico Período Antropológico Platón Aristóteles San Agustín Sto. Tomás Teoría del Conocimiento Psicología Ética Lógica Renato Descartes Fil. Contemporánea Valores

 

PERIODO ANTROPOLOGICO

En el siglo V a. C, la vida intelectual de Grecia se trasladó de sus colonias a la tierra natal. Atenas llega a ser el centro de la vida intelectual griega. Es el siglo de Pericles, tiempo de paz, de grandes riquezas, de la ciencia y del arte. Tiempo de Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Fidias, etc.

La mentalidad griega cambia profundamente en esta época: conjuntamente con la adquisición de mayor profundidad, toma nuevos rumbos.

Ahora la atención de los pensadores griegos se concentra en el hombre y su problemática. De esta manera se pasa del periodo cosmológico al periodo antropológico. Los sofistas y Sócrates son los representantes de este nuevo periodo.

En el periodo cosmológico no había ciencias especiales fuera de la filosofía. La filosofía abarcaba todo. El periodo antropológico ofrece un gran desarrollo de las ciencias particulares; matemáticas, astronomía, medicina, historia, etc.

Fue imposible que el volumen de todos estos conocimientos fuese abarcado por un solo hombre. Dichas circunstancias obligaron a los filósofos a limitar el campo de sus estudios.

LOS SOFISTAS

Los sofistas fueron los primeros en dar el nuevo matiz a la filosofía. Por vocación fueron maestros y educadores que se dedicaban a preparar a la juventud ateniense para la vida pública; sin embargo los sofistas enseñaban también a las personas maduras. Les enseñaban a hablar y a actuar. Ellos mismos aparecían como oradores y dirigentes. Podríamos decir que cumplían la misión que hoy en día desempeñan los publicistas y las Universidades populares. Los grandes dirigentes de Grecia, la elite intelectual, los grandes políticos, los escritores buscaban las enseñanzas de los sofistas.

La actitud de los griegos frente a los sofistas, experimentó con gran rapidez un profundo cambio. Las causas fueron varias, ante todo, la aristocracia ateniense les echó en cara que enseñaban por el pago que recibían, cosa que el griego juzgaba que era rebajar la actividad intelectual; al mismo tiempo les han salido al paso los conservadores, afirmando que destrozaban las tradiciones y la fe existente en Grecia.

Esta fue la razón por la cual el término "sofistas", que primariamente tenía sentido positivo. Pues, significaba "docto", pasó a significar "pseud-docto", pues, la sofística cambió de pronto en "erística", vale decir, arte de argumentar de tal manera que permitía hacer aparecer una afirmación falsa como verdadera y viceversa. No cabe duda que los sofistas abusaron de la dialéctica, pero todos lo hacían en aquel tiempo.

PROTÁGORAS

Entre los sofistas la mentalidad más profunda y filosófica fue: Protágoras. Formuló una serie de principios en nombre de los cuales actuaban los sofistas. Vivió del 482 al 411 a.C. Provenía de Abdera. Fue el primer filósofo del nuevo estilo; fue más profesor que investigador; se destacó como orador y populizador. En edad ya madura llegó a Atenas y perteneció al grupo de los amigos de Pericles.

Su escrito más importante es el tratado "Acerca de la verdad y el ser". Otra de sus obras es "Acerca de los Dioses".

Doctrina.- el objeto de sus investigaciones fue el hombre. Además como todos los sofistas en general, se preocupó por la dialéctica, retórica, política y ética. Se puede afirmar en general que los sofistas se han preocupado por lo que hoy en día llamamos cultura.

La ciencia en este período toma un matiz especial. Los primeros filósofos en Grecia han tomado la ciencia como una actividad puramente teorética, que buscaba la verdad por la verdad. Los sofistas subordinaron la ciencia a lo práctico, acercaron acentuadamente la ciencia a la técnica.

Protágoras definía la ciencia como: "Capacidad de gobernar la casa y el país, como asimismo la mayor perfección posible en hablar y actuar correctamente". La raíz de la debilidad de la filosofía sofista reside precisamente en no haberse preocupado por lo verdadero, sino más por lo efectivo y práctico.

Método de sus investigaciones.-

En el primer período de la filosofía griega, tenía gran importancia el método deductivo. Es cierto que los sofistas se servían de este método en su dialéctica; pero la dialéctica no era un método de estudio, sino más bien un método de discusión. Si hacían algunas investigaciones las hacían en forma empírica.

Protágoras ocupó una actitud, que más tarde se llamó positivista. (Observación de un fenómeno y el establecimiento de la consecuencia entre un fenómeno dado y el siguiente).

Relativismo y prácticismo.-

Protágoras extiende su relativismo del campo epistemológico al campo ético. Su punto de partida en este caso fue: "El hombre es la medida de todas las cosas". La precisión de una respuesta frente a un problema depende del hombre que la proporciona. Por esta razón es que frente a cualquiera situación puede haber opiniones que son diametralmente opuestas. Así por ejm., la enfermedad es buena y mala a la vez. Es mala para el enfermo, pero buena para el médico.

La base de aceptar una opinión como verdadera o rechazarla como falsa, depende del aspecto práctico del problema, ej.: A un hombre sano una "comida" le parece dulce, mientras que un enfermo la encuentra amarga. No por eso el sano está más cerca de la verdad que el hombre enfermo.

Rol de Protágoras y los Sofistas.-

Fueron los primeros entre los pensadores de Grecia que han concentrado su investigación acerca del hombre, su actividad y sus relaciones con los demás.

Protágoras creó una teoría filosófica totalmente nueva: el sensualismo y el relativismo, el practicismo y el convencionalismo.

SÓCRATES (469 - 399 a. C)

Vida.- Nació en Atenas donde pasó su vida. Unió en su persona a un gran pensador con un gran hombre de acción. Cuando las condiciones lo exigían sabía servir a su país ya sea como soldado, ya sea de empleado. Durante la guerra se comportó como un gran héroe. Durante el tiempo de paz, dio muestra de un criterio muy maduro, unido al gran valor cívico, presentándose frente a las muchedumbres para combatir sus actitudes irracionales.

Se consagró totalmente a la enseñanza. La mayor preocupación de Sócrates fue enseñar a los hombres la Virtud, mejor dicho instruirlos para llevarlos luego por este camino. En esta actividad centralizó el sentido de su vida, a tal punto que se olvidaba de sí mismo, viviendo pobremente junto a su familia.

Aparecía siempre allí donde podía encontrar a alguien para dialogar con él. Tuvo grandes admiradores. Los más destacados jóvenes atenienses lo seguían:

Alcibíades, Cricias, Jenofontes, Platón, etc. Como todo gran hombre, tuvo también muchos adversarios.

El pueblo veía en él a un hombre extraño. No podía comprender que se despreocupara de sus propios intereses para preocuparse de los demás. Sin embargo, durante todo el tiempo que enseñó, nadie le atacó en forma efectiva. Sólo cuando tenía 70 años, fue acusado de activista perjudicial. Lo acusaron que era responsable de la impiedad e inmoralidad de la juventud ateniense.

Fue condenado a muerte, aunque al comienzo nadie pensaba en semejante desenlace, fue condenado porque no quiso retractarse de lo que había enseñado, lo cual se consideraba como perjudicial al orden público.

Sus discípulos le propusieron evadirse de la cárcel. No lo aceptó. Los últimos momentos de su vida los pasó junto a ellos. Platón al hablar de los postreros instantes de Sócrates, afirma: "Todos reconocen unánimemente que ningún hombre que se sepa hasta ahora, miró a la cara a la muerte, con mayor dignidad que Sócrates".

Sócrates tanto con su vida como con su muerte, selló fehacientemente la doctrina que profesaba.

Una inteligencia fría se unía en él a un gran corazón. Sus tendencias físicas fueron guiadas en forma maravillosa por las fuerzas de su espíritu. Por esta actitud fue presentado y lo era en realidad, como un símbolo de la superioridad del espíritu sobre la materia. Xenofonte afirma de él: "Siempre me pareció el mejor y el más feliz de los hombres".

Su doctrina.-

Se ocupó casi exclusivamente del hombre. En él le absorbió lo que consideraba como lo más importante y lo más valioso: los problemas éticos. No le interesó estudiar la naturaleza.

Trabajó básicamente en dos campos: En el Campo Etico y en el Campo Lógico, consideraba que la lógica era indispensable para la ética.

La misión de Sócrates es fundar filosóficamente la vida moral griega en disolución.

Por un lado acepta con los sofistas que el hombre es la medida de todas las cosas y por lo tanto también de la conducta moral, pero difiere en ellos de que los impulsos inferiores del hombre puedan intervenir en la determinación de la validez de los principios morales. Sócrates sostiene que es el intelecto que debe pronunciarse sobre los principios morales.

Sócrates busca la ciencia e intelectualiza los principios morales. Para resolver el problema moral proclama por consiguiente el principio: "El éxito de la vida depende de una comprensión racional de los intereses en pugna". De aquí que el conocimiento haga apto e idóneo al hombre para la vida. De donde fluye lógicamente la necesidad que el hombre conozca con total exactitud las cosas a que dirige su acción y sobre todo resalta la necesidad del auto conocimiento por parte del hombre. Dicha necesidad la sintetiza con su imperativo: "Conócete a ti mismo".

Para Sócrates por lo tanto, el conocimiento de lo bueno basta para obrar con rectitud, es decir, virtuosamente. La virtud implica ciencia. Todo el mal proviene de la ignorancia. Nadie comete a propósito y conscientemente el mal. No puede ser de otra manera, pues, el bien es útil y garantiza la felicidad. No hay por lo tanto razón alguna para que conociendo el bien no se lo realice. Sócrates identifica la ciencia con la virtud. Es lo mismo saber lo que es justo y ser justo.

Siendo el conocimiento universalmente válido, el individuo, por la introspección, debe buscar en su propia conciencia la ley de la vida, y determinar su vida en conformidad a dicha ley. Las leyes que rigen la vida moral, más que "inscritas" en un código, se encuentran en la conciencia misma del hombre. La justicia, el valor y el dominio de sí mismo; son cualidades humanas en todas partes y lo serán siempre.

Las virtudes morales son el bien supremo del hombre. Todo lo demás que los hombres juzgan como bienes, por ej.: La salud, las riquezas, la gloria, muchas veces en sus consecuencias aparecen como males. El hombre debe preocuparse y realizar el bien supremo, sin tomar en cuenta que ello a veces implica grandes sacrificios. Debe desafiar en este caso aun la misma muerte. Para la conquista y conservación del bien moral, debería el hombre sacrificar todos los demás bienes inferiores.

Sócrates relaciona íntimamente la virtud con la felicidad y la utilidad. No lo hace en el sentido que el bien depende de la utilidad que presta, sino, por el contrario, la utilidad depende del bien. Solamente lo que es bueno, es realmente útil. Muchas veces se comete errores, procediendo contra su propia utilidad, porque no se conoce el verdadero bien.

La felicidad está íntimamente unida a la virtud, porque de la virtud procede. Es realmente feliz aquel que posee el bien supremo. Y el bien supremo es la virtud.

Del intelectualismo socrático surge una serie de consecuencias para la ética. Ante todo la virtud puede ser aprendida, ya que la virtud es ciencia, y la ciencia puede ser aprendida. Por lo tanto depende de nosotros poseer o no este bien.

Otra consecuencia es que la virtud es la misma para todos los hombres. En efecto, la justicia la define como ciencia de dar a cada uno lo que se le debe. La piedad como ciencia acerca de los Dioses.

Podemos afirmar, sostiene Tratarkiewicz; que la doctrina de Sócrates implica una larga cadena de secuencias: Los hombres buscan la felicidad y la utilidad. La verdadera felicidad y la real utilidad la proporciona el bien. El bien real es la virtud. La virtud es la misma para todos, pues, nos la proporciona la ciencia. Consiguiendo por lo tanto la ciencia, alcanzamos el bien, junto con él la utilidad y la felicidad.

De todo lo cual fluye lógicamente una indicación esencial para la vida: Hay que cultivar la ciencia, y el que puede, debe enseñarla a los demás.

Sócrates toda su vida enseñó y practicó estas cosas. Unió la teoría a la práctica. Su vida y su muerte fueron los testigos más elocuentes de sus enseñanzas.

(Basados en: textos recomendados).