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Documento 4.2. Trastornos que afectan a los adolescentes A. ANOREXIA NERVIOSA La anorexia nerviosa es un trastorno que afecta principalmente a mujeres adolescentes, pero también a prepúberes y mayores, y en menor medida a hombres; se caracteriza por una pérdida de peso autoinducida por medio de una estricta restricción alimentaria, y/o el uso de laxantes y diuréticos, la provocación de vómitos o exceso de ejercicio físico. La persona se niega a mantener un peso mínimo dentro de la normalidad, manifiesta un miedo intenso a ganar peso y una profunda distorsión de su imagen corporal. La edad más común de inicio de la anorexia nerviosa es de aproximadamente 15 años. Se distinguen dos tipos de anorexia nerviosa (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4° versión), de la Asociación Americana de Psiquiatría, 1994): • El tipo restrictivo, las personas logran bajar de peso restringiendo su ingesta voluntariamente. • El tipo compulsivo, o purgativo: las personas no logran controlar lo que comen, entonces ingieren grandes cantidades de comida de una vez y lo eliminan mediante vómitos autoinducidos, el abuso de laxantes o diuréticos. En muchos casos, la joven comienza una dieta y realiza ejercicio, para bajar de peso, lo cual le genera satisfacción y bienestar y pasa inadvertido en la familia. La enfermedad se hace evidente cuando la negativa a comer es muy marcada y la delgadez es extrema, o cuando se interrumpe el ciclo menstrual. ETIOLOGÍA Aunque las causas fundamentales siguen sin conocerse, hay cada vez mayor evidencia de que tanto factores biológicos, socioculturales como psicológicos contribuyen a su presentación. MANIFESTACIONES CLÍNICAS En todas las personas con anorexia está presente un miedo intenso a engordar y convertirse en obesos, se consideran gordas a pesar de estar muy delgadas. Estas personas reducen drásticamente su ingesta (pueden llegar a la inanición total), eliminando especialmente los hidratos de carbono y los alimentos grasos. La mayoría de las conductas para perder peso se realizan en secreto y se presentan conductas particulares acerca de la comida tales como: • Gran preocupación por el contenido calórico de los alimentos. • Rehusar comer con familiares o en lugares públicos. • Esconder comida por toda la casa. • Coleccionar recetas de cocina y preparar comida elaborada para los demás. • Deshacerse del alimento durante las comidas, poniéndolo en la servilleta y escondiéndolo en los bolsillos. Cortar la carne en pequeños trozos y pasar mucho tiempo reordenándola en el plato. • Tomar mucha agua. Estas personas son muy hábiles para disimular su delgadez, suelen usar mucha ropa amplia y superpuesta. Son reservadas, mantienen secretos sus rituales alimentarios, niegan sus síntomas y se resisten al tratamiento. Cabe destacar que se calcula que alrededor 5% de las mujeres jóvenes, si bien no cumplen con todos los criterios para recibir el diagnóstico, manifiestan algunos síntomas de anorexia nerviosa. Algunas complicaciones médicas de los trastornos de la conducta alimentaria asociados con la pérdida de peso y con las purgas (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4versión), de la Asociación Americana de Psiquiatría). -Pérdida de masa muscular y tejido adiposo, reducción del metabolismo tiroideo, intolerancia al frío y dificultades para mantener la temperatura corporal. -Pérdida de la musculatura cardíaca, arritmias, bradicardia, taquicardia, muerte súbita. Hinchazón, estreñimiento, dolor abdominal. -Cese de la menstruación, alteración de niveles hormonales. Aparición de lanugo (pelo delgado en la cara), edemas, piel seca, áspera y fría. -Depresión, alteración del gusto, trastorno cognoscitivo leve. -Crisis epilépticas. -Fatiga, debilidad. -Osteoporosis. -Erosión del esmalte dental, especialmente de los incisivos. -Lesiones en los nudillos. TRATAMIENTO Considerando el riesgo de vida de quien padece esta enfermedad, resulta fundamental que la intervención sea precoz. En casos de mayor gravedad, la hospitalización es necesaria. El tratamiento debe velar por la restauración del estado nutricional de la persona, así como hacerse cargo del estado psicológico individual y familiar del afectado. B. BULIMIA NERVIOSA La bulimia nerviosa es un trastorno que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones* de comida, acompañados de intensos sentimientos de perder el control sobre lo que se come, culpa y autodesprecio; una persistente e indebida autoevaluación influenciada por la silueta y el peso, y el uso de métodos inapropiados para evitar engordar como la purga*, el ayuno y el exceso de ejercicio. *Atracón: ingesta voraz de grandes cantidades de comida en un periodo breve de tiempo. *Purga: autoinducción del vómito, uso de laxantes o diuréticos. En la bulimia nerviosa se pueden distinguir dos tipos de episodios (Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (en su cuarta versión), de la Asociación Americana de Psiquiatría, 1994): • Purgativo: la persona se provoca vómitos regularmente y abusa de laxantes y diuréticos para compensar la gran ingesta de alimentos y evitar aumentar de peso. • No purgativo: la persona recurre a otras conductas inapropiadas para evitar subir de peso, como el ayuno, el exceso de ejercicio, pero no a la purga. La bulimia nerviosa es un trastorno más frecuente que la anorexia y, al igual que ésta, se da más en mujeres que hombres. Su inicio suele ser más tardío en la adolescencia, puede ocurrir incluso al inicio de la madurez. ETIOLOGÍA En el origen de la bulimia nerviosa están implicados factores biológicos, sociales y psicológicos. Las personas afectadas tienden a presentar muy buenos rendimientos y a responder a las presiones sociales en torno a la delgadez, algunas de ellas han tenido problemas de obesidad o de sobrepeso, y frecuentemente tienen dificultad en el control de sus impulsos. MANIFESTACIONES CLÍNICAS La bulimia nerviosa se suele presentar en mujeres con un peso normal. Son personas que presentan una gran preocupación por el peso y por su figura corporal y tienen un intenso temor a engordar. • Son personas extrovertidas, irritables e impulsivas, lábiles emocionalmente. • Manifiestan altas tasas de ansiedad. • Muestran una marcada obsesión por la comida, hablan de dietas y del aporte calórico de los alimentos. • Intentan controlar su peso a través de dieta o ayuno. • Evitan comer en compañía de otros, y procuran comer poco y evitar alimentos ricos en carbohidratos y grasas. • Suelen desaparecer al baño luego de las comidas. Cuando están solas, estas personas se dan atracones, con todos los alimentos “prohibidos” en los regímenes. Durante estos episodios, comen muy rápido, en poco tiempo (por ejemplo en un período de dos horas), volúmenes muy superiores a los que la mayoría de las personas comerían en ese mismo lapso de tiempo. Sienten que han perdido el control sobre lo que comen, que no pueden parar ni controlar ni el tipo ni la cantidad de comida que ingieren. Comen de preferencia alimentos dulces, altos en calorías, a veces incluso sin importar el sabor, y muchas veces sin masticar. Hacen desaparecer grandes cantidades de comida, o dinero, con el que compran alimentos fuera de su casa. Los vómitos se inducen normalmente introduciéndose los dedos en la garganta, aunque algunas personas son capaces de vomitar a voluntad. El vómito disminuye el dolor abdominal y el sentimiento de estar lleno, y permite continuar comiendo sin miedo a ganar peso. Les sigue una profunda depresión, o angustia post-atracón, en el que surgen sentimientos de culpa y autodesprecio. Cabe destacar que a diferencia de las personas con anorexia, quienes padecen de bulimia nerviosa sienten malestar frente a su descontrol con la comida, razón por la que suelen buscar ayuda. CURSO Y TRATAMIENTO La bulimia tiene mejor pronóstico que la anorexia nerviosa, pero éste depende en gran parte de la gravedad de las secuelas de las conductas purgativas. En algunos casos se producen mejorías espontáneas en 1 o 2 años. El tratamiento se basa en diferentes tipos de intervención como psicoterapia individual, terapia grupal, familiar y farmacoterapia. C. DEPRESIÓN Habitualmente, las personas experimentan un amplio abanico de estados del ánimo*, que varían entre lo normal, elevado o deprimido, y sienten que tienen cierto control sobre éste y su afectividad. *Estado de ánimo: estado emocional interno continuo de una persona. La depresión es un trastorno en el que la persona que lo padece pierde la sensación de control sobre su estado de ánimo y su afectividad, y experimenta un fuerte malestar general. Las personas con depresión muestran pérdida de energía e interés por las actividades habituales, sentimientos de culpa, dificultad para concentrarse, pérdida de apetito, a veces pensamientos de muerte o suicidio. También manifiestan cambios en su nivel de actividad, en sus funciones cognoscitivas, lenguaje y funciones vegetativas (sueño, apetito, actividad sexual, y otros ritmos biológicos). Generalmente este trastorno origina un deterioro del funcionamiento interpersonal, social y laboral (rendimiento académico en adolescentes). Existen múltiples clasificaciones de tipos de depresión en uso, mencionamos una a continuación que distingue entre: • Depresión Reactiva: está fuertemente ligada a situaciones desencadenantes externas. Los síntomas suelen presentarse con menor intensidad y oscilar según las circunstancias. • Depresión Endógena: tiene factores desencadenantes internos, se distingue especialmente por la intensidad y la cantidad de sus síntomas. Cabe destacar que el tratamiento farmacológico de ambos tipos de depresión tiende a ser el mismo. ETIOLOGÍA Se han identificado múltiples causas de la depresión, las que generalmente, interactúan entre sí: • Predisposición biológica: herencia, alteración hormonal o bioquímica. • Biográfica: estilo de personalidad, estilo de crianza, características familiares. • Situaciones ambientales: situaciones estresantes (por ejemplo, cesantía), conflictos (por ejemplo, separación matrimonial), fracaso (económico), pérdidas (abandono amoroso, duelo). MANIFESTACIONES CLÍNICAS La falta de energía, el humor deprimido, la pérdida de interés y de la capacidad para el placer son síntomas claves de la depresión. Generalmente la persona deprimida distingue su estado de un estado normal de tristeza. Además en la depresión se puede observar: Alteraciones emocionales: • Ansiedad. • Tristeza. • Irritabilidad. Alteraciones del pensamiento: • Dificultad para concentración y memoria, dificultad para tomar decisiones. • Desinterés. • Indecisión. • Desesperanza, visión negativa del mundo y de sí mismo. • Ideaciones suicidas: 75% de los pacientes deprimidos piensan en suicidio, 10 a 15% lo cometen. • Disminución de la velocidad y amplitud del discurso. Alteraciones somáticas: • Trastorno del sueño: dificultad para dormir, especialmente despertar precoz y múltiples despertares en la noche; o bien aumento del sueño. • Alteración de la alimentación: generalmente disminuye el apetito (aunque en algunos pacientes éste aumenta). • Cambio de peso. • Disminución de la libido. • Fatiga, falta de energía. Alteración de los ritmos vitales: • Puede alterar la regularidad del ciclo menstrual. • Muchos pacientes observan las variaciones diurnas de sus síntomas, que tienen mayor intensidad por la mañana y se reducen considerablemente en el transcurso del día. Alteración de la conducta: • Llanto. • Agitación/lentificación. • Aislamiento de familia y amistades. • Mutismo. • Abandono de actividades que antes producían placer. • Lentitud psicomotora generalizada. El bajo rendimiento académico, el abuso de sustancias, las conductas antisociales, los problemas de conducta pueden ser síntomas de depresión en adolescentes. Es importante destacar que los síntomas causan un observable sufrimiento, deterioro social, ocupacional o de otras áreas importantes. TRATAMIENTO La mayoría de las depresiones tienden a la recuperación, incluso de manera espontánea. Lo que hace indispensable el tratamiento es la disminución del período de sufrimiento emocional, las consecuencias de la enfermedad y prevenir el riesgo de suicidio. El tratamiento se centra en farmacoterapia y psicoterapia individual. El plan terapéutico debe encaminarse a los síntomas inmediatos y también al bienestar posterior del paciente, reduciendo el número y la gravedad de los factores estresantes. D. ABUSO SEXUAL Se define como abuso sexual la situación en la que un adulto o una persona al menos cinco años mayor (el abusador), involucra a otra (el abusado) en actividades sexuales de cualquier índole (insinuaciones, caricias, exhibicionismo, voyeurismo, masturbación, sexo oral, penetración anal o vaginal). Estas actividades no son acordes al desarrollo psicosexual de la víctima, quien no da su consentimiento, ni logra comprender la situación. Generalmente el abusador utiliza el poder que tiene sobre su víctima, para implicar su participación en dichas actividades sexuales y utiliza maniobras coercitivas tales como el chantaje, la manipulación, el engaño, la fuerza y la amenaza. Se distinguen dos tipos de abuso sexual: • Abuso sexual extrafamiliar: el abuso es cometido por una persona que no pertenece a la familia de la víctima. En este caso el abusador puede ser un extraño o alguien conocido del abusado o de su familia. • Abuso sexual intrafamiliar: el abusador es un miembro de la familia del abusado. Se ha demostrado que en la gran mayoría de los casos, el abuso es perpetrado por un conocido, tratándose de familiares o personas que forman parte del entorno social inmediato de la víctima.
MITOS Y FALSAS CREENCIAS SOBRE EL ABUSO SEXUAL A pesar de ser un fenómeno presente a lo largo de la historia, sólo recientemente se ha advertido una preocupación y conciencia respecto de la magnitud e impacto del abuso sexual en la opinión pública. Lo cual no significa que hoy en día existan mayores tasas de abuso, sino que está siendo mayormente reconocido como problema. La falta de información y el secreto alrededor del abuso sexual han facilitado la aparición de una serie de mitos o falsas creencias en torno al tema, de los cuales mencionamos algunos: Sólo las mujeres sufren de abuso sexual: Si bien las víctimas de abuso sexual son prioritariamente mujeres o niñas, éste es un problema que también afecta a los varones. Es probable que se denuncien menos los abusos cometidos hacia los varones por temor al señalamiento o estigma social que implica. El abuso sexual es un problema poco frecuente: El abuso sexual es un problema que afecta a muchísimos niños, adolescentes y jóvenes. Diversos estudios señalan que un 20% de las niñas y un 10% de los niños sufren algún tipo de abuso sexual antes de cumplir los 18 años. El abuso sexual sólo se da en los niveles socioeconómicos bajos. El abuso sexual es un problema que ocurre en todas las clases sociales. El abusador es un loco, de apariencia peligrosa: Los abusadores son expertos en el arte de la seducción. Saben cómo ganar la confianza de sus víctimas y de sus familias y, a veces, también saben cómo ganar el reconocimiento social de los demás. Son personas con una apariencia absolutamente normal, lo que dificulta creer que determinada persona haya cometido un abuso de esta naturaleza. Los niños y los jóvenes mienten o inventan cuando denuncian un abuso: Los niños y jóvenes no mienten sobre estas materias, por el contrario, tienden a ocultarlo y no contarle a nadie lo ocurrido. Las personas abusadas son responsables del abuso: En ocasiones se cree que las personas abusadas han incitado o provocado al abusador. Es importante considerar que la conducta erotizada de un niño es siempre consecuencia y no la causa de un abuso. Por otra parte, cuando el afectado es un adolescente, es probable que éste haya sido abusado durante muchos años y que el abusador haya asegurado su participación. Siempre existe una diferencia física, de edad y de experiencia entre un abusado y un abusador. Por lo tanto, el abusador es siempre el responsable del abuso y el abusado nunca es responsable. Si esto le ocurriera a una persona cercana nos enteraríamos: Resulta fundamental recordar que los abusadores utilizan su poder sobre la víctima para asegurar que ésta guarde silencio. El abuso sexual cometido por un conocido no consiste en un ataque violento o un evento aislado. Por el contrario, es un proceso relacional complejo, que se desarrolla paulatinamente a lo largo del tiempo. Por ello, es importante considerar que, por lo general, una persona es abusada durante varios años. Al inicio del proceso abusivo el abusador comienza a seducir a su víctima, tratando de ganar su confianza. Poco a poco la incita a participar en actividades sexuales, ofreciéndole regalos a cambio o engañándola al decirle que se trata de juegos o formas de expresar el cariño. Estas actividades son gradualmente intrusivas. Paralelamente a la involucración en actividades sexuales, el abusador impone a su víctima una “ley del silencio”. Le prohibe contar lo que está ocurriendo, valiéndose de la amenaza y del amedrentamiento. Advierte sobre las desgracias que pueden ocurrir si la víctima divulga el abuso, señalándole que además nadie le va a creer. Junto con lo anterior, el abusador comienza a culpar a su víctima, convenciéndola que ella fue quien lo provocó. La víctima, generalmente, pasa años atrapada en esta dinámica y tarda mucho en abrirse a alguien. En ocasiones, gracias a la atenta mirada y abierta acogida de adultos sensibles, el abuso es descubierto en fases más tempranas. Sin embargo, muchas veces éste no se descubre hasta la adolescencia, cuando el o la joven temen que sus hermanos u otros niños sean abordados por su abusador. Desgraciadamente, a veces la divulgación no llega nunca. Frente al abuso cometido por un conocido la víctima ve fuertemente vulnerada su capacidad para confiar en otros, e internaliza el mensaje “quien te quiere te daña”. Junto con lo anterior, desarrolla un autoconcepto negativo, sintiéndose “sucio”, “malo” y “culpable”. El abuso sexual es un fenómeno que trasciende al abusador y la víctima. Podemos referirnos a un sistema abusivo, en el cual también participan terceros. Terceros son las personas que rodean a la víctima y al abusador e incluye a otros familiares y a todos los agentes sociales y comunitarios. Los terceros tienen una importancia fundamental dentro del sistema abusivo, pues son quienes pueden descubrir el abuso y denunciar el hecho. Cuando los terceros o el entorno acogen la denuncia y protegen al niño o joven, el abuso se detiene. Por el contrario, si dudan de su relato y no hacen nada al respecto, el niño o joven afectado puede sufrir una revictimización. Tan dañino como el abuso mismo, es que nadie crea en el relato de la víctima y que nadie la proteja después de la denuncia.
E. CONSUMO DE DROGAS Se entiende por droga cualquier sustancia natural o sintética que al ser introducida en el organismo a través de diferentes vías (nasal, inyectable, fumada o tragada), altera la actividad psíquica y el funcionamiento del organismo, por los efectos que produce principalmente en el sistema nervioso central. Existen muchos tipos de drogas. Una de las clasificaciones en uso es la que distingue entre: • Legales o lícitas: alcohol, tabaco o los fármacos de prescripción médica. • Ilegales o ilícitas: marihuana, cocaína, heroína, pasta base, lsd, éxtasis. Se entiende por consumo el uso de cualquier droga lícita y/o ilícita una o más veces durante el transcurso de la vida. El abuso de drogas es un patrón desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva a corto, mediano o largo plazo, un significativo deterioro o malestar. Este se manifiesta a través del incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa: ausencias repetidas, pobre rendimiento, expulsiones, suspensiones de la escuela relacionadas con sustancias, descuido de las obligaciones; pone en riesgo la integridad; ocasiona problemas legales repetidos relacionados con consumo de sustancias. Se mantiene el consumo a pesar de recurrentes problemas sociales o interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la sustancia. El consumo prolongado de sustancias puede ocasionar alteraciones físicas y neurológicas, fenómeno denominado dependencia física. Este se entiende como la necesidad fisiológica que desarrolla el organismo, acostumbrado a una cantidad determinada de sustancia para funcionar. La necesidad de consumir una droga aumenta progresivamente hasta llegar a ser de tal intensidad que domina la vida del sujeto, perdiendo éste el interés por su trabajo, estudios, familia y, en general, por todo aquello que no tenga relación con consumir y conseguir droga. CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE DROGAS Cada una de las sustancias produce efectos diferentes en el organismo y las consecuencias de su uso también son distintas entre una droga y otra. A continuación mencionamos algunos de las principales consecuencias sobre los sistemas nervioso central, cardio-respiratorio, digestivo y reproductivo de las sustancias ilícitas más utilizadas en Chile.
Marihuana • Disminución de memoria de corto y largo plazo. • Disminución de atención y concentración. • Alteración de reflejos y coordinación. • Alteración del tiempo y del espacio. • Disminución de la capacidad de aprendizaje. • Riesgo de gatillar cuadros psicóticos latentes. • Alteración de la ovulación y el ciclo menstrual, mayor incidencia de abortos, partos prematuros y bajo peso al nacer. • Disminución de número y movilidad de espermatozoides. • Irritación de bronquio.
Cocaína • Irritabilidad, temblor, ansiedad, intranquilidad. • Insomnio, desgano. • Alteración de la percepción y del juicio. • Agresividad, alucinaciones. • Pérdida de coordinación. • Dolor de cabeza. • Desarrollo de cuadros paranoicos. • Psicosis. • Aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio. • Secreción nasal, úlceras en mucosa nasal. • Aumento de presión sanguínea. • Pérdida da apetito, náuseas, diarrea. • Hepatitis.
Pasta Base • Irritabilidad, temblor, ansiedad, intranquilidad. • Insomnio, desgano. • Alteración de percepción y del juicio. • Agresividad. • Alucinaciones. • Pérdida de coordinación. • Dolor de cabeza. • Desarrollo de cuadros paranoicos. • Psicosis. • Aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio. • Secreción nasal, úlceras en mucosa nasal. • Aumento de presión sanguínea. • Pérdida da apetito, náuseas, diarrea. • Hepatitis.
Inhalantes • Dolor de cabeza, vértigo, somnolencia. • Destrucción de neuronas. • Atrofia del nervio óptico (ceguera). • Cambio de personalidad. • Disminución de capacidades mentales. • Bronquitis, tos, asfixia. • Efecto cancerígeno. • Secreción y ulceras nasales. • Náuseas, pérdida de peso. • Destrucción del hígado (hepatitis, cirrosis). • Destrucción de riñón (insuficiencia renal, nefritis). • Impotencia, anomalía en cromosomas. Fuente: CONACE www.conace.cl
Se ha estudiado los múltiples efectos individuales y las consecuencias sociales del consumo abusivo de drogas, encontrándose, entre otros, los siguientes: • Deterioro de la autoestima y de la imagen personal. • Rechazo social y aislamiento. • Estigmatización. • Deterioro de las relaciones interpersonales, la relación de pareja y vida familiar. • Disminución del interés y motivación por las tareas a realizar, lo cual afecta el rendimiento escolar y/o desempeño laboral, la productividad, la eficiencia y eficacia. • Problemas conductuales y conductas delictuales. • Altos costos de tratamiento. Otros riesgos asociados al consumo de sustancias: • Violencia • Riesgo de accidentes: es especialmente crítico en ocupaciones que involucran manejo de maquinarias, responsabilidad sobre valores e información o sobre la seguridad de terceros. • Riesgo de contraer el SIDA: no sólo por el uso de drogas vía intravenosa, sino por el aumento de conductas promiscuas. FACTORES DE RIESGO Y FACTORES PROTECTORES ASOCIADOS AL ABUSO DE DROGAS Se entiende por factor de riesgo aquellas características individuales, familiares o sociales que contribuyen a aumentar la posibilidad de generar problemas con el consumo de drogas; los más relevantes tienen relación con la agresividad, pares o amigos consumidores, problemas escolares y familiares. El nivel socioeconómico no permite detectar categorías con mayor riesgo de consumo. Los factores de riesgo no son cada uno por sí solo causa del consumo, sino elementos que contribuyen, en conjunto, y en interacción con otros, a que este fenómeno se desarrolle. Tampoco es necesaria la presencia de todos estos factores para que el consumo de drogas ocurra. Cada caso de consumo es el resultado de una particular combinación de estos factores. Algunos factores protectores frente al consumo habitual (pero no necesariamente al consumo ocasional) son una buena relación con el colegio, pertenencia a una familia que cumple bien sus funciones, y la religiosidad. Pese a la importancia de factores familiares e individuales en relación con el inicio del consumo de drogas, el ambiente escolar (colegio y pares) parece más importante y condicionante de la frecuencia de esta conducta. MAGNITUD DEL CONSUMO DE DROGAS EN ESCOLARES DE CHILE EL CONSUMO DE DROGAS ILÍCITAS ENTRE ESCOLARES ES UN FENÓMENO NACIONAL En Chile, según un estudio realizado por CONACE (1999), el promedio de edad del primer consumo de marihuana es de 14,4 años, de 13,5 años para la paste base y de 14,8 años para la cocaína. La droga ilícita más consumida por los escolares de Chile es la marihuana, casi 22 de cada 100 escolares la han consumido al menos una vez en su vida. En general, la diferencia entre el consumo de drogas ilícitas de hombres y mujeres es pequeña. En el consumo de tabaco y tranquilizantes las mujeres superan a los hombres, y en el consumo de alcohol la diferencia es mínima. A medida que aumenta la edad de los escolares, también aumenta el consumo de drogas. En escolares de menos de 14 años, 9 de cada 100 declaran haber consumido alguna vez drogas ilícitas. Entre los escolares de 18 años de edad o más, son 38 de cada 100 los que declaran haber consumido drogas alguna vez en su vida. Se aprecia la misma relación al realizar la observación por curso: 37 de cada 100 estudiantes de 4° Medio declaran haber consumido drogas ilícitas alguna vez, contra 11 de 100 en 8° Básico. Drogas de fácil acceso, como los solventes volátiles y los estimulantes, han ido ganando espacio entre los consumidores en edad escolar y superan a la pasta base y a la cocaína, al nivel de prevalencia. Se observa que el riesgo de consumir cualquier droga ilícita con posterioridad al inicio del consumo de alcohol es 10 veces mayor respecto de aquellos que no han consumido alcohol. En el caso del tabaco, el riesgo de consumo de drogas ilícitas es casi 5 veces mayor respecto de quienes no han consumido cigarrillos. TRATAMIENTO Los procedimientos terapéuticos para tratar el abuso de sustancias varían en función de cada una de ellas, del patrón de consumo, de la disponibilidad de apoyo psicosocial y de las características individuales de cada paciente. Sin embargo, en términos generales, los programas de tratamiento persiguen dos objetivos: • La abstinencia de la sustancia, o en algunos casos, cambiar el patrón de abuso por un patrón de consumo más moderado. • Obtener el bienestar físico, psiquiátrico y psicosocial del paciente. Cabe destacar que durante el período de abuso de sustancias se produce a menudo un importante deterioro del sistema de apoyo psicosocial. Si bien en muchos casos la hospitalización se hace necesaria, la tendencia actual es acortar la estancia del paciente en la institución especializada y ofrecer fundamentalmente tratamiento ambulatorio. Considerando los costos personales, familiares, sociales, y las dificultades y costo económico de los tratamientos, resulta fundamental otorgar mayor énfasis a los factores protectores, destacando la importancia del contexto escolar en la prevención del uso de sustancias. A su vez, los programas de prevención del consumo de drogas deben presentar un enfoque integral, que apele a la participación de todos los actores involucrados e interesados en el desarrollo social y el mejoramiento de la calidad de vida de la población. ¿UN AMIGO O FAMILIAR ESTÁ CONSUMIENDO DROGAS DE MANERA PROBLEMÁTICA? Responda a las siguientes preguntas: • ¿Pasa mucho tiempo encerrado en su pieza, baño u otro lugar, aparentemente haciendo nada? • ¿Ha tendido a aislarse de la familia? • ¿Ha cambiado bruscamente sus gustos o intereses? • ¿Ha decaído su interés o dedicación en el colegio, trabajo, por sus amigos o en la casa? • ¿Ha bajado notoriamente su rendimiento escolar o ha tenido problemas en el trabajo? • ¿Ha tenido frecuentes problemas de conducta durante el último tiempo? • ¿Ha notado cambios bruscos en su estado de ánimo, mayor irritabilidad, impulsividad, aislamiento? • ¿Parece estar menos contento o feliz en comparación a como era antes? • ¿Se ha visto excesivamente confundido o distraído? • ¿Se ha puesto más egoísta, menos preocupado de los demás o más peleador con sus familiares y amigos cercanos? • ¿Lo ha notado más descuidado con sus responsabilidades en la casa o en el colegio? • ¿Ha desaparecido últimamente en la casa algún objeto valioso, ropa o dinero? • ¿Ha cambiado repentinamente sus antiguos amigos por otros mayores? • ¿Evitan sus antiguos amigos visitarlo en la casa? • ¿Ha cambiado su presentación personal o forma de vestir, se ve más descuidado o desaseado? • ¿Ha inventado con cierta frecuencia coartadas o excusas por no estar donde debiera estar? • ¿Siente que ha perdido la comunicación con esta persona? • ¿Ha mentido para encubrir pérdida de dinero o cosas? Una respuesta afirmativa a cualquiera de estas preguntas no resulta un indicador válido, sin embargo varias respuestas pueden ser una alerta. Resulta fundamental atender a cualquiera de estas señales, ya que, aunque no signifiquen necesariamente problemas por consumo de drogas, pueden reflejar la presencia de otro conflicto. Lo principal es mantener una buena comunicación dentro de la familia y entre los amigos, promover la conversación, afrontar juntos los conflictos y crear un ambiente de confianza, de manera que si se presenta un problema de este tipo, todos se sientan con la libertad y el apoyo suficiente para expresarlo. Fuente: www.conace.cl |